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Hayden, una personalidad inolvidable en World Superbike

Monday, 22 May 2017 17:31 GMT

El paso del piloto norteamericano por el Campeonato del Mundo MOTUL FIM Superbike deja una huella profunda en el paddock de WorldSBK

El mundo del motociclismo recordará a Nicky Hayden como el piloto rápido, talentoso, concienzudo y espectacular que siempre fue. Y, fuera de la pista, por su afabilidad y extraordinario carisma. Todas esas cualidades desplegó el piloto de Kentucky cuando desembarcó en el Campeonato del Mundo de Superbike a principios de 2016 para abrir una nueva etapa en su carrera.

A Hayden no le costó adaptarse al paddock de World Superbike, pues su personalidad directa, sin veleidades de estrella y siempre cercano con los aficionados casaba perfectamente con la filosofía de su nuevo hábitat.

El piloto norteamericano debutó en WorldSBK en febrero de 2016, en Phillip Island, un trazado que conocía bien de su larga etapa en MotoGP. En ese primer fin de semana estuvo a punto de estrenarse con un podio; se quedó a fracciones de segundo, rebasado por Davide Giugliano en el último suspiro. El piloto de Kentucky, que venía de cumplir unas temporadas en MotoGP sin despuntar en las posiciones de cabeza, confesó entonces: “He aprendido mucho sobre la moto durante este fin de semana, pero también acerca del Campeonato en su conjunto. Ha sido muy útil, y no voy a mentir: He disfrutado siendo competitivo y estando ahí de nuevo".

No tardaría en tener nuevas alegrías en su nuevo escenario de competición. A bordo de una Honda Fireblade a la que enseguida supo cómo exprimir el jugo, consiguió subir al podio en la cuarta cita del año, una 3ª posición en Assen. Fue el preámbulo de su anhelado reencuentro con la victoria, que llegó poco después en la segunda carrera de Sepang, en Malasia, que se disputó en condiciones de lluvia y con el asfalto empapado.

Hayden cogió la oportunidad al vuelo y emprendió la fuga desde el primer instante, una estrategia arriesgada que dejó sin respuesta a sus rivales. “Sé que la gente dice que no se puede ganar la carrera en la primera vuelta, pero en las carreras en mojado sí se puede" sentenció después de una exhibición en la que había combinado maestría y coraje. Habían pasado diez años desde su última victoria, y siete desde el último triunfo de un americano en la categoría. Fue por tanto un éxito histórico, pero para Hayden, siempre autocrítico, también fue la confirmación de que podía seguir empujando su carrera hacia nuevos límites: "Conseguir una victoria ha sido agradable, siempre lo es obtener una victoria o un podio, pero no puedo estar satisfecho, quiero hacer más y hacerlo mejor".

El estadounidense sabía que tenía otra buena oportunidad en el Round de Estados Unidos, en Laguna Seca, la pista ‘de casa’ y el escenario de sus mayores éxitos en MotoGP. En un fin de semana muy emotivo, Hayden se reencontró con una afición que le idolatraba y con una pista mítica de desniveles y virajes imposibles que él conocía a la perfección. Sus rivales de Kawasaki, Jonathan Rea y Tom Sykes, se llevaron las victorias, y él arrancó un podio en la primera carrera, un tercer puesto muy luchado que le permitió despedirse de Laguna Seca y de su afición desde los cajones: "Es una gran sensación. Sé que [los seguidores] preferirían una victoria, y yo también, pero estar en el podio en un circuito que me encanta y con una afición a la que adoro hace que me sienta muy feliz”.

Un mes más tarde, el eterno chico de Kentucky conquistaría su cuarto y último podio en el Campeonato de WorldSBK. En la reanudación del Campeonato tras el paréntesis estival, en el trazado alemán de Lausitzring, firmó la tercera posición en la Carrera 1 tras dar alcance a Sykes en los compases finales. “Tenía muchas ganas de vencer a Tom, veía a los aficionados y he pensado: ‘Vamos a darles algo’, así que he intentado forzar cuando rodaba detrás de él” apuntó en unas declaraciones que evidenciaban sus grandes motivaciones: El reto competitivo y el público de las gradas.

Después de terminar su primera temporada con un estimulante top 5 en la clasificación del Campeonato, Hayden se lesionó durante la pretemporada –tuvo que ser operado de una rotura de ligamento cruzado anterior ocurrida mientras realizaba un entrenamiento de flat track- y someterse a una esforzada rehabilitación durante varias semanas para llegar a tiempo a la cita inaugural del Campeonato 2017, en Australia.

La actual campaña no le había dado todavía grandes satisfacciones. La nueva Honda CBR1000RR Fireblade SP2 requería tiempo y dedicación para alcanzar su pleno potencial, y Hayden lo buscó con su proverbial determinación en los cinco Rounds que había disputado este año. Su séptimo puesto en Buriram, Tailandia, figuraba como su mejor resultado hasta la fecha, y el motociclista estadounidense estaba volcado en darle un giro a la situación.

 El trágico accidente ocurrido la semana pasada ha segado su vida y ha truncado esa misión y todo lo demás, sueños por cumplir que Hayden atesoraba en su interior. Uno de los próximos era regresar a Laguna Seca e intentar tocar la gloria de nuevo en su territorio. Y en el horizonte, un futuro con la ambición de convertirse en el primer piloto en conquistar los títulos de MotoGP y World Superbike, la idea con la que llegó a este Campeonato. Ya no será posible, pero Nicky Hayden tiene asegurado el ser recordado como uno de los grandes. Lo era, y tanto en el paddock de MotoGP como en el de WorldSBK recibió siempre trato de Campeón. Esa era su aureola. La había ganado con los títulos conquistados en sus primeros años como piloto en Norteamérica y con la corona mundialista de 2006, pero también por su actitud, pasión y una indesmayable capacidad de trabajo que le acompañaron hasta su último día.